Perspectivas para 2025
La economía de EE.UU. es sólida, respaldada por factores cíclicos y estructurales y por una Reserva Federal en modo de flexibilización. Se espera un crecimiento sólido a pesar de la desaceleración. Europa y China enfrentan desafíos económicos y de manufactura, y Europa también lidia con la incertidumbre política.
Un enfoque de inversión para un mundo dividido
Empezamos este año en el umbral de una nueva era. La economía de EE.UU. se encuentra en una posición sólida, respaldada por vientos a favor cíclicos y estructurales y una Reserva Federal en modo expansivo. Aunque prevemos una desaceleración en EE.UU., nuestra hipótesis de base es que el crecimiento continúe siendo sólido. No parece probable una recesión. Europa y China, en cambio, se enfrentan a vientos en contra a medida que se esfuerzan por superar los respectivos problemas de sus economías nacionales y de producción manufacturera, agravados, en el caso de Europa, por incertidumbre política en su propio núcleo. La política de "America First" podría agudizar la divergencia, dando un impulso –al menos a corto plazo– al crecimiento en EE.UU., mientras que los aranceles comerciales perjudican a Europa y China. Al mismo tiempo, la estrecha mayoría de los republicanos en la Cámara de Representantes podría tener como resultado una postura fiscal más conservadora, a medida que los legisladores frenen propuestas fiscales más radicales.
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¿Un resultado inesperado?
Todavía puede haber un resultado inesperado. Es perfectamente posible que se produzcan sorpresas positivas, por ejemplo, si la paz se materializara en Ucrania y la zona euro resultara más estable en términos políticos, siendo las elecciones alemanas en febrero un potencial catalizador para un reinicio.
Si el impacto de las políticas fiscales de EE.UU. sobre el déficit es más limitado de lo esperado, los US Treasuries podrían volverse más atractivos. Igualmente, podría generarse un resultado negativo y radical en el caso, pongamos por ejemplo, de una guerra comercial, que tendría la consiguiente repercusión en el crecimiento global.
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Implicaciones para la inversión
Nuestro posicionamiento básico es crucial para la resiliencia de la cartera y está preparado para aprovechar las oportunidades que prevemos presente nuestra hipótesis de base. Nuestras firmes convicciones en torno a mercados y segmentos específicos deberían permitir generar valor adicional para los inversores. Además, conservar una cierta flexibilidad daría margen a los inversores para adaptarse y reaccionar a sorpresas inesperadas, sean positivas o negativas.