El futuro de la cadena alimentaria

El futuro de la cadena alimentaria

Mayssa Al Midani es una gestora de inversiones sénior de Pictet. Su equipo invierte en el futuro de la cadena alimentaria, en tres segmentos: tecnología agrícola, logística y alimentación.

En cuanto a la nutrición, ¿cuáles han sido las tendencias más significativas de los últimos 5-10 años, a su parecer?

Los sistemas alimentarios se han visto cada vez más sometidos a escrutinio público y científico. Nuestro planeta está bajo la presión del cambio climático y la explotación humana, y tenemos el reto añadido del crecimiento de la población. En este contexto, hemos visto que encontrar unos sistemas alimentarios sostenibles se ha vuelto una prioridad clave parareguladores, gobiernos, consumidores y empresas. Las tendencias clave incluyen el aumento de alternativas a la carne basadas en plantas, la digitalización de la agricultura, el cambio a dietas más saludables y el aumento de alimentos «libres de», así como una creciente atención a la reducción de los residuos alimentarios. 

De cara al futuro, ¿qué tendencias y temas predice que serán más importantes en la próxima década y más adelante?

Básicamente, creemos que todas las tendencias que han empezado a surgir en la década pasada se acelerarán, con la transición de los sistemas alimentarios situada en un punto de inflexión en la actualidad. Una mayor regulación, cambios en la conducta de los consumidores, más innovación, la pandemia del covid y la creciente crisis de seguridad alimentaria, todo ello está contribuyendo. 

¿Qué le diría a alguien que crea que hay demasiada gente en el planeta para poder alimentarse debidamente? 

Existe un gran número de soluciones, del campo a la mesa, para contribuir a la seguridad alimentaria y al objetivo de alimentar a una población creciente mientras que se reduce la carga de enfermedad y mortandad relacionada con una mala nutrición. Un ejemplo de interesante innovación lo constituyen las tecnologías de agricultura de precisión que nos permiten producir más alimentos, con iguales o menos insumos, incluyendo drones con sensores remotos, equipos agrícolas automatizados con inteligencia artificial, y dispositivos IoT que posibilitan el análisis de datos agronómicos. También podemos tratar de reducir el tercio de productos alimentarios que se desperdicia cada año, por ejemplo, mediante sistemas de clasificación de alimentos basados en sensores, que pueden ayudar a determinar si una fruta o un vegetal que estén a punto de desperdiciarse pueden ser utilizados para otro fin, o cultivos y enzimas alimentarios que alarguen la vida útil de los productos alimentarios. Por último, también creemos que hay margen para aumentar nuestro consumo de alimentos que tengan un elevado contenido nutricional en relación con la intensidad de su producción, lo que ayudará a optimizar nuestros escasos recursos.

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