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“Puntos calientes”: las ciudades marcan la pauta en la resiliencia frente al cambio climático
Se estima que a lo largo de este siglo la temperatura en el planeta aumentará al menos 2,5°C de media respecto a los niveles preindustriales, muy por encima de los objetivos del Acuerdo de París1. Y las ciudades serán las que más noten este calentamiento.
Por su acumulación de población, las áreas urbanas se comportan como amplificadores medioambientales debido a unos altos niveles de contaminación aérea y acústica, congestión y el efecto "isla" de calor. Eventos meteorológicos extremos, como las sofocantes olas de calor de este año en Delhi o las mortíferas inundaciones en Dubái, tensionan las infraestructuras de las ciudades llevando su capacidad al límite.
En consecuencia, las áreas urbanas funcionan como sistemas de alerta temprana del cambio climático. La buena noticia es que los planificadores urbanos y las empresas constructoras están respondiendo a las señales de alarma que lanzan estos sistemas mediante el aprovechamiento de tecnologías limpias innovadoras y de soluciones inteligentes para abordar los retos de las ciudades. Estas innovaciones, por su parte, deberían servir de modelo al resto del mundo a la hora de abordar sus problemas medioambientales.
Para tener verdadero impacto, estas soluciones requieren de inversiones en infraestructuras, lo cual presenta oportunidades para que crezcan nuevos mercados.
La eliminación de dióxido de carbono (CDR), un método de extracción y almacenamiento de CO2 de la atmósfera, se está convirtiendo en una solución viable y también potencialmente atractiva desde el punto de vista comercial. Algunos inversores estiman que el negocio de la eliminación del carbono creará una industria de un tamaño comparable al del sector del petróleo y gas.
Pese a las advertencias de algunos científicos y responsables económicos de que el CDR no puede sustituir en origen a la reducción de las emisiones, su importancia para alcanzar los objetivos del cero neto no deja de crecer. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, por ejemplo, reconoce ya que el despliegue del CDR es crucial e "imprescindible" para combatir el cambio climático. El IPCC señala que el CDR puede conseguir y mantener a largo plazo unas emisiones netas negativas de gases de efecto invernadero, y que su papel es necesario para limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Otras soluciones para abordar los problemas medioambientales en las áreas urbanas incluyen métodos menos industrializados y dependientes de la tecnología para resolver los retos ecológicos y de recursos de las ciudades. Dichas soluciones se centran en el aprovechamiento de los servicios que ofrecen los ecosistemas naturales en las ciudades, —mediante, entre otras cosas, la polinización, el abastecimiento de aire limpio, alimentos y agua potable, y la prevención de inundaciones.
Tales métodos de adaptación, conocidos como soluciones basadas en la naturaleza (NbS), están destinados a proteger y restaurar la naturaleza, abordar los problemas medioambientales y sociales e incrementar al mismo tiempo la resiliencia.
La madera, en particular, está utilizándose cada vez más en las ciudades a medida que nuevas tecnologías como el contralaminado de madera (CLT, por sus siglas en inglés) y los cambios en el código de edificación permiten a los arquitectos sustituir el hormigón por la madera incluso en los rascacielos2. Este es también un mercado en expansión, previéndose que la industria global del CLT crezca a lo largo de esta década a una tasa anual compuesta cercana al 15 por ciento desde los 1.100 millones de USD en la actualidad3.
Según las Naciones Unidas, se calcula que invertir unos 7,4 billones de USD en objetivos relacionados con la naturaleza, —tales como la restauración de la naturaleza, el uso eficiente de los recursos y la reducción de la contaminación del agua y el aire— ayudaría a cerrar la brecha de capital natural de aquí a 2030, generando un rendimiento potencial superior a 20 veces lo invertido4.
Este documento ha sido publicado por Bank Pictet & Cie (Europe) AG, Sucursal en España, entidad autorizada y regulada por la Federal Financial Supervisory Authority de Alemania (BaFin) y el Banco Central de Alemania (Bundesbank), y sujeta a supervisión de conducta por el Banco de España y la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). Todo tipo de inversión conlleva un riesgo, incluso el de no recuperar el capital inicial invertido.