El legado familiar: mantener vivo el espíritu emprendedor

Cultivar el espíritu de empresa en un entorno familiar

Los emprendedores suelen hablar de la influencia de los padres u otras figuras significativas en el desarrollo de su mentalidad de «esto se puede hacer». La transmisión cultural – como muchas otras conductas aprendidas – dentro de las familias se produce observando la conducta de los familiares cercanos, escuchando las experiencias de los allegados, y aprendiendo los dichos y comportamientos habituales de la unidad familiar.

Las influencias positivas pueden empoderar a los jóvenes para que desarrollen fuertes competencias empresariales, conocimientos y actitudes¹. Estos modelos no son siempre un progenitor, ni siquiera un familiar. Pero la oportunidad de observar las actividades, los enfoques y la mentalidad de un adulto de confianza es la mejor alternativa a la experiencia directa, y ofrece una información de valor incalculable sobre la travesía emocional que acompaña al espíritu emprendedor. Entender cómo está integrado el trabajo en sus vidas, cómo afrontan los retos, dónde encuentran la energía para practicar sus pasiones puede influir, positiva o negativamente, en las intenciones emprendedoras de los miembros más jóvenes de la familia.

Las narraciones son otra herramienta potente para cultivar el espíritu emprendedor. Según las investigaciones, cuanto más saben los niños sobre la historia de su familia, más fuerte es su sentido de control sobre su vida y más elevada su autoestima². Esto enlaza con la idea de que un sentido fuerte del «ser intergeneracional» crea un sentido de pertenencia a algo más grande que uno mismo³. Las narraciones que más ayudan son aquellas con altibajos, que normalizan los contratiempos y muestran la resiliencia.

La comunicación y los estilos de crianza también influyen en aspectos importantes de la mentalidad emprendedora: por ejemplo, fomentando el nivel de creatividad y la orientación hacia la acción. La investigación sugiere que los modelos de comunicación pluralistas en las familias, caracterizados por mucho diálogo y poco conformismo⁴, pueden ayudar al crecimiento de exitosos líderes de negocios familiares⁵. Los estudios demuestran que combinar la exigencia con una gran receptividad a las necesidades de los hijos está relacionado con la autonomía y el éxito escolar de estos⁶.

Toda interacción que tiene lugar en el hogar influye significativamente en las perspectivas y la mentalidad. Como reza el dicho, «los valores no se aprenden con la palabra, sino con el ejemplo».

Aprovechar el ecosistema familiar para experimentar 

Para promover más el espíritu emprendedor en el seno de la familia, es esencial aprovechar el ecosistema familiar para la experimentación. Las familias reconocen cada vez más que para ser emprendedor no basta con la mentalidad, también es preciso adquirir competencias, marcos de actuación y herramientas específicas. Las experiencias prácticas en esferas de negocio, inversión o impacto pueden proporcionar valiosas oportunidades de aprendizaje para los miembros de la familia. Por ejemplo, una familia francesa creó un club de emprendedores para apoyar a los que empezaban en sus proyectos. Cada miembro de la familia puede presentar sus ideas y beneficiarse del asesoramiento de unos 90 empleados de la empresa familiar, que incluyen expertos jurídicos, fiscales y financieros, así como ejecutivos de diversas marcas.

De este modo, se han lanzado varias empresas de diversos tamaños y campos. También encontramos ejemplos más sencillos, como el de una familia que sentó la tradición de que cada miembro, al cumplir 16 años, podía proponer un producto o concepto nuevo para la empresa familiar, garantizando así que la innovación no solo sea bien recibida, sino que además se fomente.

En el marco de su estrategia de inversión, algunas familias incluyen una especie de fondo para oportunidades, que podría describirse como un «banco familiar», un «fondo de capital riesgo familiar» o un «fondo de desarrollo para la siguiente generación». Puede servir como un instrumento para la financiación intrafamiliar, proporcionando capital inicial para nuevas aventuras empresariales o capital de inversión para probar estrategias nuevas.

El objetivo es prestar soporte al desarrollo empresarial de la generación joven, salvaguardando al mismo tiempo el negocio y las inversiones familiares principales. Para lograrlo, es esencial establecer normas y procesos operativos inequívocos, que incluyan un proceso de solicitud, criterios de evaluación y condiciones de financiación. También debería proporcionarse mentoría y apoyo de los miembros de la familia e idealmente de profesionales.

Las familias pueden utilizar asimismo la filantropía y la inversión de impacto para que el espíritu emprendedor prospere en la nueva generación. En su esencia, la filantropía es un experimento para construir un mundo mejor y, en ese sentido, es crucial contar con una mentalidad emprendedora. Implicar a los miembros de la familia en la filantropía y la inversión de impacto no solo puede ayudar a las generaciones más jóvenes a desarrollar competencias en investigación, gestión, finanzas y trabajo en equipo, sino que además, al darles un espacio para explorar sus propias áreas de interés, y la multitud de formas de abordarlas, puede ayudar a promover este espíritu emprendedor en un entorno relativamente seguro.

Una fundación familiar centrada en abordar la pérdida de biodiversidad en Europa ofrece un buen ejemplo de ello. La entidad puso a prueba un consejo junior, para involucrar a los miembros más jóvenes de la familia en el trabajo de la fundación. A cada miembro se le asignó la responsabilidad de una cantidad de capital para que lo destinara al tema que considerara conveniente, con el requisito de informar a final de año. El proceso generó ideas y enfoques innovadores. Además, suscitó en la generación más joven la confianza de asumir riesgos calculados, explorar y probar nuevas ideas, y les animó a aprender de los fracasos, todo ello atributos esenciales de los emprendedores de éxito.

En el ecosistema familiar, el fracaso debería considerarse parte del proceso de aprendizaje, y el éxito – independientemente de su magnitud – debería celebrarse. Crear un espacio seguro para experimentar en el seno familiar alimenta esa mentalidad emprendedora, pues se anima a las personas a asumir riesgos, aprender de la experiencia e innovar continuamente.

Perfeccionar el conjunto

Al abrazar la transmisión cultural intergeneracional, unos estilos de comunicación efectivos, y proporcionar oportunidades para la experimentación, las familias pueden crear un entorno que promueva, cultive y fomente el espíritu emprendedor. Este enfoque posibilita que la generación joven desarrolle la mentalidad, las competencias y la resiliencia necesarias para tener éxito como emprendedores, preservando al mismo tiempo los valores esenciales y el legado de la familia.