¿Está por fin el hidrógeno listo para despegar?

¿Está por fin el hidrógeno listo para despegar?

El potencial del hidrógeno como fuente de energía limpia para los sectores más difíciles de descarbonizar garantiza su futuro en la transición verde. Pero persisten retos que hacen de este una propuesta compleja para los inversores.

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En agosto de 2022, el Senado de EE. UU. aprobó la ley de energías limpias más importante de la historia del país, ofreciendo créditos fiscales para la producción de hidrógeno, lo que, en opinión de los expertos, abrirá las puertas a una avalancha de inversiones en el sector1

Un mes antes, Bruselas aprobó invertir 5.400 millones de EUR en un proyecto de hidrógeno financiado por 15 Estados miembros, entre ellos Francia y Alemania. Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Unión Europea, responsable de la política de competencia, declaró a la prensa que el proyecto era “crucial, porque la tecnología del hidrógeno tiene el potencial de sustituir a algunos de los combustibles fósiles que vemos hoy en día”2.

Estos y otros anuncios recientes marcan un antes y un después en el muy debatido papel que el hidrógeno puede desempeñar en la resolución del reto con mayúsculas del siglo XXI: la transición a una economía de cero emisiones netas y la detención del calentamiento global. 

Pero, en vista del reciente impulso del interés por esta tecnología (el origen de la cual se remonta varias décadas atrás), ¿qué posición deben tener los inversores sobre el potencial del hidrógeno? ¿Es demasiado pronto para apostar por este?

De acuerdo con el Hydrogen Council, organismo que integra a algunas de las principales empresas petroleras del mundo y grupos industriales globales, el hidrógeno puede reducir en un 20 % las emisiones totales proyectadas de CO2 para 20503.

Por otro lado, con más de 520 proyectos de hidrógeno a gran escala en marcha, equivalente a 160.000 millones de dólares de inversión directa, la demanda mundial de hidrógeno renovable bajo en emisiones de carbono puede aumentar un 50% los próximos años.

“Para 2030, se traduciría en una reducción anual de las emisiones de CO2 equivalente al volumen total emitido por Reino Unido, Francia y Bélgica juntos”, ha afirmado Hydrogen Council en un reciente informe elaborado en colaboración con McKinsey and Company, la consultora global4.

El denominado hidrógeno verde, que se obtiene mediante un proceso de electrólisis con energías renovables, ha despertado las esperanzas de las autoridades, sobre todo por su potencial aporte de energía limpia a sectores difíciles de descarbonizar, como el siderúrgico, cementero, de aviación o transporte marítimo6.

La tecnología para producir el hidrógeno ya existe, con enorme impulso de capital dispuesto a invertir en equipos de producción, pero carecemos de la escala
— César Pérez Ruiz, Director de inversiones de Pictet Wealth Management
[1] https://www.h2-view.com/story/us-senate-passes-act-which-could-offer-tax-credits-for-clean-hydrogen-production/ 
[2] https://www.ft.com/content/15887475-c72c-45a3-a33b-052f3fa949b7 
[3] https://hydrogencouncil.com/wp-content/uploads/2021/11/Hydrogen-for-Net-Zero.pdf 
[4] https://hydrogencouncil.com/wp-content/uploads/2021/11/Hydrogen-for-Net-Zero.pdf 

Sin embargo, solo representa 1% de la producción total de hidrógeno5, en su inmensa mayoría producido con combustibles fósiles, como gas natural o incluso carbón. Como destacó en 2017 Wood Mackenzie, grupo de investigación y consultoría, la producción global de hidrógeno fue responsable de más emisiones de CO2 que Alemania o que el sector global del transporte marítimo6

César Pérez Ruiz, director de inversiones de Pictet Wealth Management, afirma que el hidrógeno, en particular el verde, tiene gran potencial para el futuro, tanto como herramienta inigualable para ayudar a la economía mundial a alcanzar cero emisiones netas, como desde una perspectiva de inversión. Pero señala que la materialización de todo su potencial puede requerir más tiempo que el típico horizonte de uno o dos años que baraja la mayoría de los inversores. 

"La tecnología para producir el hidrógeno ya existe, con enorme impulso de capital dispuesto a invertir en equipos de producción, pero carecemos de la escala”, indica. “Los costes han empezado a descender, pero seguimos a años de distancia de un verdadero punto crítico, lo que significa que los inversores deben tener una visión de largo plazo”.

Efectivamente, el precio del hidrógeno verde actual está en torno a los cinco dólares/kilogramo y tiene que reducirse a dos dólares/kilogramo para competir con los combustibles fósiles. Para que suceda, las plantas electrolíticas y la cadena de suministro necesaria para producirlo, tienen que abaratarse; un cambio que los expertos creen que ocurrirá después de 20307.

Malik Zetchi, analista financiero y experto en energía, metales y minería de Pictet Wealth Management, ve otra razón para considerar el hidrógeno como inversión a largo plazo: el sector del hidrógeno, pese a ser tremendamente competitivo, se encuentra tremendamente atomizado, en gran medida porque el proceso natural de consolidación, que suele darse en un sector que madura, aún no ha arrancado.

Además, las barreras de entrada siguen siendo relativamente bajas. La tecnología que subyace al proceso de electrólisis del agua para separar las moléculas de hidrógeno de las de oxígeno, un proceso con energías verdes no contaminante en emisiones de carbono, es relativamente sencilla, lo que incentiva la entrada de nuevos operadores en busca de una parte del mercado. 

El resultado es una topografía compleja de actores puros e híbridos y de empresas rentables y deficitarias, lo que convierte la identificación de los ganadores y perdedores del mañana en una tarea muy difícil. “Es un mercado muy saturado y competitivo, al que seguirán llegando más competidores”, predice Zetchi. 

Por último, aunque el hidrógeno ha despertado un interés sin precedentes los últimos años y se prevé una duplicación de la producción, desde alrededor de 100 millones de toneladas actuales hasta unas 223 millones de toneladas para 20508, la importancia exacta de su papel en la transición del mundo hacia una economía de cero emisiones netas no está aún del todo clara.

Este interrogante, concluye Pérez Ruiz, significa que, pese a toda la expectación que despierta el hidrógeno, puede pasar tiempo hasta que se esclarezca la mejor forma de invertir en el sector. “El hidrógeno es uno herramienta útil y es importante”, asiente. “Pero hay muchas rutas hacia las cero emisiones netas y aún estamos en las fases iniciales de este viaje”. 

 

[5] https://www.ft.com/content/7eac54ee-f1d1-4ebc-9573-b52f87d00240
[6] https://www.woodmac.com/news/editorial/the-future-for-green-hydrogen/
[7] https://www.woodmac.com/news/opinion/can-green-hydrogen-compete-on-cost/
[8] https://www.woodmac.com/news/opinion/hydrogen-the-us$600-billion-investment-opportunity/
Este documento ha sido publicado por Bank Pictet & Cie (Europe) AG, Sucursal en España, entidad autorizada y regulada por la Federal Financial Supervisory Authority de Alemania (BaFin) y el Banco Central de Alemania (Bundesbank), y sujeta a supervisión de conducta por el Banco de España y la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores). 
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