Sibylle Salzmann Ciarrocchi - Guiando a los emprendedores en cada etapa del viaje

Sibylle Salzmann Ciarrocchi - Guiando a los emprendedores en cada etapa del viaje

Desde su cargo de banquera sénior de Pictet Wealth Management, Sibylle Salzmann Ciarrocchi trabaja estrechamente con propietarios de empresas, guiándolos en cada una de las etapas de sus trayectorias como emprendedores, desde el crecimiento hasta la desinversión – y más allá.

Vinculada profesionalmente a las finanzas desde hace 17 años, Sibylle Salzmann Ciarrocchi ha trabajado con emprendedores la mayoría de ese tiempo. Con formación suiza, en 2007 Sibylle accedió al programa global para recién graduados de HSBC, incorporándose más tarde a HSBC Private Bank en Zúrich. Desde entonces, ha trabajado como gestora personal en las divisiones de banca privada de múltiples entidades financieras, prestando especial atención a los emprendedores y ejecutivos suizos. Hoy, como consejera ejecutiva y banquera sénior de Pictet Wealth Management, interactúa a diario con fundadores e inversores de Suiza.

Gracias a su experiencia, Sibylle ha llegado a comprender los entresijos de lo que significa ser un emprendedor y lo complicado que puede ser lanzar y gestionar tu propio proyecto empresarial. «Ser un emprendedor es algo intenso», dice la directiva desde un despacho en la sede de Pictet en Zúrich. «Asumes responsabilidades muy amplias y variadas: por ejemplo, debes asegurarte de hacer que el negocio funcione, de captar clientes y de llevar a buen puerto la próxima ronda de financiación. Todo esto requiere mucha atención». Y a ello hay que añadirle la cuestión permanente y escurridiza del talento, es decir, tratar de atraer y retener a las mejores personas para tu negocio. Todo sin siquiera mencionar los sacrificios asociados a ser un emprendedor, la enorme dedicación y compromiso que ello requiere. «Porque estás personalmente implicado», explica Sibylle. «No es solo por la inversión económica, también representa tu visión».

Entonces vendes la empresa, y nadie llama el lunes por la mañana. Eso puede ser muy difícil de asumir.

Con tantas direcciones en las que emplear sus energías, no es sorprendente que muchos emprendedores piensen bastante poco en su propia riqueza. «Esta cuestión no se halla entre las máximas preocupaciones de un emprendedor», dice Sibylle. En la mayoría de los casos, ello es comprensible y no representa un problema, pero llegado cierto punto en la vida, debe convertirse más en una prioridad. Según Sibylle, un emprendedor recorre tres etapas durante el ciclo vital: crecimiento, madurez y diversificación. «En la etapa de crecimiento, para ser sincera, no vamos a poder añadir demasiado valor, pues al emprendedor se le agolparán las preguntas sobre rondas de financiación, y nosotros no somos un banco dedicado a las finanzas corporativas», dice Sibylle. Durante esta fase, Pictet pone a su disposición una inigualable red de expertos, desde abogados a especialistas en M&A (fusiones y adquisiciones) o inversores, quienes en diversos momentos pueden guiar y apoyar a un fundador. No obstante, la mayoría del trabajo que realiza Sibylle apoyando a los emprendedores en su transición desde propietarios de la empresa a inversores institucionales llega en momentos posteriores del ciclo vital: en la fase de madurez, precediendo a la venta o un evento de liquidez; y en la fase de diversificación, que comienza tras la venta de una empresa o un evento de liquidez. 

A diferencia de lo que muchas personas podrían imaginar, el momento inmediatamente posterior a la venta suele revelarse como una tesitura difícil y confusa para los emprendedores. «Cuando has realizado un evento de liquidez, tienes a 10 bancos en la puerta ofreciéndote un mandato de gestión discrecional», dice Sibylle. «Puede llegar a abrumar». Sugiere que los emprendedores establezcan una relación con un asesor de confianza antes de la venta. «La tentación es tomar el camino más corto y elegir la más barata de esas 10 propuestas, en lugar de abordar el proceso más largo». A menudo trabaja junto a emprendedores en las fases de madurez de sus negocios, cuando están empezando a pensar en la salida, y es ahí donde ella y su equipo pueden ayudarles a redactar una hoja de ruta para su patrimonio y su futuro.

Cuando nuestros socios hablan con nuestros clientes, es un emprendedor que habla a otro emprendedor.

Antes y después de una venta o un evento de liquidez, todo emprendedor debe interrogarse sobre algunas cuestiones vitales y fundamentales, reflexiona Sibylle: «¿Qué quiero hacer con mi patrimonio? ¿Qué quiero alcanzar? ¿Cuál es mi propósito?» Por ejemplo, algunas personas simplemente desean disponer de una corriente de ingresos estable para continuar con su estilo de vida; otras aspiran a marcar una diferencia con la filantropía y la inversión de impacto; y para algunas otras, en cambio, la máxima prioridad es conservar el patrimonio familiar y su transmisión a la siguiente generación. Durante estas fases, Sibylle y sus compañeros realizan intensas averiguaciones, y con las respuestas en la mano construyen una estrategia de inversión diseñada a la medida de cada cliente.

Hay que considerar, además, el elemento emocional que a menudo se pasa por alto; un componente, en opinión de Sibylle, aún más importante que el aspecto financiero y organizativo. «Te has esforzado tanto durante digamos 10, 15, incluso 20 años», señala. «Entonces vendes la empresa, y nadie llama el lunes por la mañana. Eso puede ser muy difícil de asumir». Según su experiencia trabajando con emprendedores que han vendido sus empresas, muchos suelen tomarse un descanso inicial, pero luego vuelven y, como relata Sibylle, dicen: «‘Me aburro de no hacer nada, es insoportable. Quiero crear una nueva empresa’.» Estas personas rara vez vuelven a empezar de nuevo desde cero, comenta, sino que a menudo se convierten en inversores en toda regla, apoyando start-ups o entrando en el área del private equity.

Por supuesto, para muchos emprendedores, la desinversión no es ni siquiera su opción preferida. Ello queda patente en esta edición de Pictet Report, donde hemos conversado con emprendedores que han dejado sus negocios en manos de sus hijos, o con otros que han hecho evolucionar sus empresas, transformándolas desde entidades gestionadas por la familia a otras donde la familia es solo la propietaria. «Estamos hablando mucho sobre eventos de liquidez, pero esto no tiene en cuenta la economía real», precisa Sibylle, «porque la mayoría de estas empresas se mantienen en manos privadas. Continúan dentro de la familia y cada generación pasa el testigo a la siguiente».

Esta forma de pensar la encarna, evidentemente, Pictet, una entidad que ha conservado su estatus de propiedad privada durante más de 215 años y se ha transmitido a lo largo de varias generaciones por la familia de propietarios. Como explica Sibylle, esto hace que Pictet esté perfectamente capacitada para hablar a los emprendedores con naturalidad y de igual a igual. «Se trata de respaldar las palabras con hechos», resume. «Cuando nuestros socios hablan con nuestros clientes, es un emprendedor que habla a otro emprendedor. Somos conscientes de los retos, de las dificultades que entraña emprender». Este nivel de afinidad que Pictet muestra para con los emprendedores es válido en todo tipo de contextos, tanto si el fundador en cuestión busca desinvertir e iniciar un nuevo capítulo en su vida como inversor, como si desea continuar con la empresa familiar y traspasarla a la siguiente generación.

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