Creando alternativas sostenibles al embalaje no reciclable impulsadas por la IA
Incluso si uno está extremadamente concienciado, resulta difícil no comprar algún producto envuelto en plástico a lo largo del día. Un bocadillo preparado para llevar; la fina película que recubre los productos de higiene personal; incluso las piezas individuales de brécol envueltas en plástico. El planeta genera 141 millones de toneladas de embalajes plásticos al año, lo que supone un 40 por ciento de los residuos plásticos mundiales.
Es un problema que tenemos delante de nuestros ojos, y del que todos somos partícipes. Así que cuando Claire Hae-Min Gusko y Martin Weber, compañeros de trabajo en una startup berlinesa, se sentaron para enumerar los principales temas que deseaban abordar, este fue uno de los que encabezaron la lista. La demanda de embalaje sostenible está creciendo —la mitad de los consumidores desean ver mejoras al respecto, según una encuesta de Nielsen en 2022— y de aquí a 2030 este mercado pasará de los cerca de 300.000 millones de dólares actuales hasta los 500.000 millones de dólares. “Debido a nuestra experiencia en el sector de bienes de consumo trabajando con grandes distribuidores de todo el mundo, nos sentimos más atraídos por ese universo”, señala Gusko. “Y el problema número uno en la industria de bienes de consumo en estos momentos es el de los embalajes; la contaminación asociada a los embalajes”.
Claire Hae-Min Gusko y Martin Weber, cofundadores, one.five
En 2020, Gusko y Weber fundaron one.five, una startup con sede en Hamburgo dedicada a crear alternativas sostenibles y reciclables a los embalajes desechables. Hoy en día, la empresa ofrece soluciones a medida para marcas a través de embalajes personalizados para un amplio surtido de bienes utilizando la IA. Sus productos insignia incluyen alternativas de papel translúcido, con las que se puede reducir en un 70 por ciento el uso de plásticos. También fabrican envases de papel monomaterial adecuados para productos tanto alimentarios como no alimentarios o líquidos, y soluciones basadas en papel reciclable con tecnología de alta barrera para productos sensibles y con mayor durabilidad, tanto alimentarios como no alimentarios. Con unos 35 empleados a tiempo completo en todo el mundo, la empresa ha captado 10,5 millones de euros en financiación y está actualmente inmersa en su Serie A.
Conversamos con muchos científicos, y vimos que existía una enorme brecha entre lo que la investigación está proponiendo y lo que el mercado está de hecho adoptando... Nos dimos cuenta de que quizá existía un modo de acortar sistemáticamente esta brecha.
Utilizando su ágil proceso "del laboratorio al mercado", one.five es capaz de crear soluciones a medida en plazos cortos que la diferencian de otros rivales. “En estos momentos, el tiempo hasta que el prototipo con los materiales reales llega a las manos de los clientes ronda los 100 días”, afirma Gusko. “A esto le sigue la fase de feedback del cliente, que luego culmina en el escalado con la cadena de suministro del cliente”. Todo el proceso se ve acelerado gracias a un motor de IA desarrollado internamente para generar nuevos diseños de materiales a la vez que analizan las numerosas variables que influyen en el coste y la viabilidad del embalaje para evaluar rápidamente el resultado. Desde concepción hasta lanzamiento pasan en torno a uno o dos años; y el pago se realiza a la entrega de los materiales.
Sin embargo, para empezar, Gusko y Weber necesitaron comprender el problema al que hacían frente. “Hablamos con muchos científicos”, explica Gusko. "Y vimos que existía una enorme brecha entre lo que la investigación está proponiendo y lo que el mercado está de hecho adoptando". Se percataron de que mediaba un “abismo” entre las tecnologías a escala de laboratorio validadas —como plástico compostable que puede ser degradado por bacterias o comido por gusanos— y la realidad vista desde los ojos del consumidor. Un problema es la lentitud del proceso hasta que la investigación se convierte en un producto escalable; otro es optimizar una solución según las necesidades específicas del cliente. “Nos dimos cuenta de que quizá existía un modo de acortar sistemáticamente esta brecha”, agrega Gusko, “de poner en el mercado más innovaciones a mayor velocidad, pero sin dejar de abordar las necesidades sumamente críticas que tienen las marcas en cuanto al embalaje, a saber, que siga cumpliendo bien su función y sea asequible”.
Los embalajes plásticos suponen un 40 por ciento de los residuos plásticos mundiales que se generan cada año
Credit: Matveev Aleksandr / Shutterstock
Pronto, one.five ya contaba con un equipo de investigación y desarrollo trabajando exactamente en eso. Se componía de científicos de materiales, químicos y personas con experiencia laboral en algunos de los mayores fabricantes de embalajes del mundo. Fue, como Weber contó a la revista Sift, una especie de “Disneylandia de la ciencia de materiales”. La primera persona a la que contrataron fue un científico, pero, “al tratarse de un modelo de negocio basado en licencias”, la segunda fue un abogado.
La IA se encuentra en el centro de lo que hace one.five, pero construir el modelo supuso uno de los mayores retos para la empresa. El embalaje es un problema increíblemente técnico que resolver, y la sostenibilidad es solo uno de los innumerables elementos a tener en cuenta. La cuestión para Gusko era: “¿dónde obtengo los datos correctos de modo que mi modelo me proporcione el resultado correcto?” La respuesta fue su propio laboratorio de ciencias de materiales en Hamburgo, donde la empresa puede testar y caracterizar los materiales y —lo que es fundamental— recopilar datos primarios con los que alimentar su propio motor. Esta es una vía de diferenciación frente a los competidores y les ha “abierto las puertas” a proveedores y fabricantes de embalaje que de otro modo podrían haberse mostrado reticentes a colaborar con una empresa disruptora. La razón es que, aunque el motor de IA de one.five puede crear recomendaciones basándose en datos primarios, también puede trabajar con los fabricantes que estén dispuestos a introducir en él sus propios datos y someterlos a tests para diferentes resultados. “Es realmente atractivo porque la alternativa de los fabricantes es crear esta funcionalidad ellos mismos”, dice Gusko.
Recientemente, one.five ha estado trabajando con una importante marca europea de bienes de consumo de alta rotación (o FMCG por sus iniciales en inglés). Su deseo era pasar de un embalaje compuesto multicapa no reciclable a otro de papel monomaterial mejor adaptado a la infraestructura de reciclaje de papel en las regiones donde opera. Es un ejemplo paradigmático de las necesidades extraordinariamente locales de los clientes, y de cómo one.five necesita sopesar los pros y los contras de los diferentes materiales dentro de las distintas regiones.
Y a medida que one.five prosigue con su trabajo, la rapidez a la que puede entregar sus diseños crece exponencialmente. Conforme cada nuevo producto concluye su madurez, la investigación realizada puede usarse de trampolín para adaptarla en otros productos, acelerando de esa manera el proceso. Hasta la fecha, la empresa posee dos clientes ancla. Ambos, señala Gusko, figuran entre las diez primeras marcas FMCG por volumen. Por supuesto, continúa diciendo, quieren más. La "hit list" de la empresa incluye a las marcas de bienes de consumo con mayores emisiones del mundo. “Nuestro objetivo para 2040 es ahorrar 80 millones de toneladas de CO2 al año. Esa es nuestra Estrella Polar”.
Claire Hae-Min Gusko
Se licencia en Derecho por el King’s College London
Completa un Máster en Derecho, con enfoque en el área empresarial, en University College London
Comienza a trabajar en el sector de gestión de inversiones para SGT German Private Equity, en Berlín
Se incorpora a Infarm, Berlín, empresa de agricultura vertical global, como project manager, desempeñando diversos cargos a lo largo de cuatro años que culminan con su promoción como responsable del laboratorio de crecimiento
Cofunda one.five en Hamburgo junto a Martin Weber, poniendo en común su experiencia compartida en el sector de bienes de consumo
Se une a Nucleus Capital, con sede en Berlín, como pequeña inversora, ofreciendo respaldo a emprendedores para resolver retos sistémicos a la salud del planeta
Lanza la ronda Serie A de financiación de one.five, habiendo captado ya 10,5 millones de euros en la ronda anterior