La reinvención de un fundador de start-ups de ingeniería
Del liderazgo corporativo a emprendimiento
El emprendedor con sede en Atenas, George Katiniotis, es el primero en reconocer que su carrera ha sido poco común. A diferencia de muchos emprendedores que luego venden sus empresas, él comenzó en el mundo corporativo, donde desarrolló una larga trayectoria antes de dar el salto al emprendimiento y la inversión.
Cuando comenzó la pandemia, en 2020, Katiniotis era el CEO de una gran empresa de correos, y antes había ocupado cargos ejecutivos en grandes corporaciones.
“Pero sentía que algo faltaba en mi vida profesional”, explica. Los cargos de alta responsabilidad en empresas no acababan de llenarle espiritualmente. “¿Cuál era mi misión en este planeta?
Dice que, durante el paréntesis de reflexión que supuso la pandemia, decidió dar un volantazo a su vida. “Encontré el sentido a mi trabajo. Ante todo soy ingeniero, y entendí que mi pasión es crear cosas: productos y empresas”.
Ante todo soy ingeniero, y entendí que mi pasión es crear cosas: productos y empresas.
Construyendo startups de ingeniería
Katiniotis habla desde una sala cercana al auditorio donde asistirá a una conferencia. Se expresa de manera sincera, meditada, precisa. Dice que, dada su formación como ingeniero mecánico, supo que quería crear empresas que fabricasen productos de hardware.
Dos años antes había coincido con los fundadores de una empresa de tecnología robótica. En 2020, mientras se replanteaba su rumbo laboral, Katiniotis volvió a saber de ellos.
“Me dijeron, ‘¿Por qué no dejas ese cargo ejecutivo y te vienes con nosotros como emprendedor de una start-up? No podemos pagarte mucho, pero podemos ofrecerte una participación en el capital y la oportunidad de formar parte de este viaje’”. Así que Katiniotis dejó su puesto y se convirtió en inversor y CEO de la start-up Myrmex. Dos años más tarde, él y los cofundadores vendieron Myrmex a una empresa de logística británica por un precio de 12 millones de euros en lo que Katiniotis califica de una “desinversión excelente”. Entre 2020 y 2023 también invirtió y asesoró a otras dos empresas que posteriormente fueron vendidas.
El emprendedor e ingeniero George Katiniotis
Hoy en día, dedica la mayor parte de su tiempo a Acromove, otra empresa de ingeniería que lidera tras recibir la invitación de los inversores existentes. Narra cómo al llegar percibió que los fundadores no estaban cualificados para llevar la empresa a sus siguientes estadios de desarrollo y “gradualmente tuve que retirar a los fundadores de los puestos ejecutivos”.
¿No le resultó difícil hacer eso? Después de todo, los fundadores suelen ser accionistas importantes. “En el fondo, buscan rentabilidad. Conservan su participación en el capital, pero tienes que hacerles comprender que no están añadiendo valor a la empresa sino destruyendo las opciones de que la empresa tenga éxito. Así que es mejor encargarles algún otro puesto, tal vez un puesto consultivo.
Katiniotis dice que, según su experiencia, muchos fundadores son incapaces de gestionar la empresa que fundaron a medida que esta progresa en su desarrollo. Crear un equipo de gestión es una habilidad "blanda", dice, a diferencia de las habilidades ingenieriles que se necesitan para diseñar los productos de una compañía. Y no todos los fundadores reúnen estas habilidades "blandas".
Katiniotis es desde 2023 el CEO de Acromove, pionera empresa tecnológica que ofrece soluciones para la transferencia segura de grandes volúmenes de datos y redes privadas 5G. Crédito de fotografía: Copyright KHF / Adobe Stock
Desafíos en startups
Katiniotis enumera una serie de empresas y organizaciones en las que ha colaborado, ya sea como fundador o como inversor, o en alguna otra capacidad desde una función ejecutiva, desde 2020, cuando comenzó su nueva andadura. Dice también que le gusta dedicar algo de su tiempo a asesorar de forma altruista a fundadores que se acercan a él.
¿Cuál es la habilidad común que aporta a todas estas iniciativas? “Conectar a todos para colaborar en pos de un objetivo compartido”. Añade sin tapujos que el principal obstáculo que hay que gestionar son los egos. “Todos creemos saber más que los demás. Y al final, lo que consigues no es hacer que uno más uno sea igual a tres, sino que sume cero. En lugar de aprovechar y apoyarse en las fortalezas de los demás, la gente acaba restando valor. Así pues, mi mensaje es siempre el mismo: trabajemos conjuntamente. No nos enroquemos en ideas brillantes o quién tiene la razón; asumamos que todo el mundo tiene razón. Avancemos juntos como equipo”.
Añade que su deber también es identificar aquellos ejecutivos incapaces de funcionar en una estructura de equipo, y facilitar su salida por el bien de la empresa.
La manera de expresarse de Katiniotis es clara, tranquila y racional. Al margen de sus actividades empresariales, hace maratones y es triatleta. Explica que su día típico se divide entre una hora de entrenamiento, dos horas de lectura y repaso de podcasts relacionados con su sector, alrededor de diez horas de trabajo y ocho horas de sueño.
No me gusta la idea de comprometerme con algo durante diez años. Disfruto empezando las cosas y terminándolas en dos o tres, como mucho cuatro, años.
Su próximo plan, dice, es lanzar un "venture studio" para proyectos cortos. “No quiero responsabilidades duraderas o [tener que cumplir] promesas a largo plazo frente a otros. Me adapto con rapidez, evoluciono con rapidez y termino mi trabajo. No me gusta la idea de comprometerme con algo durante diez años. Disfruto empezando las cosas y terminándolas en dos o tres, como mucho cuatro, años".
Generalmente, la fase inicial consiste en ayudarles a crear el producto; luego viene la búsqueda de capital pre-semilla y semilla, para finalmente dar un paso al lado antes de la venta, “a menos que me pidan que actúe como operador e intente completar la desinversión”.
¿Le espera a Katiniotis otro giro en su trayectoria profesional? “Absolutamente no. Seguiré haciendo esto hasta que me muera”.
George Katiniotis - Biografía
Finaliza el diploma en Ingeniería mecánica de la Universidad Técnica Nacional de Atenas; en 1995 completa el Máster en Gestión de empresas de ingeniería de la Universidad de Warwick.
Se convierte en miembro de la Asociación de CEOs, para promover sus iniciativas y establecer contactos, pasando a formar parte del consejo en 2018.
Invierte y es nombrado CEO en la empresa de tecnología robotica Myrmex; también funda Amaze como socio gestor, una empresa de consultoría para reunir todos sus proyectos.
Miembro del consejo y asesor de la start-up Stoferno, con la que disrupciona el negocio local de mensajería y paquetería hasta su adquisición en 2021 por una de las mayores promotoras inmobiliarias locales.
Vende sus acciones de la start-up de movilidad eléctrica, Talos
Mobility, al otro cofundador tras un periodo de tenencia de un año.
Vende Myrmex a la empresa de logística británica Ocado por 12 millones de euros, desempeñando el cargo de director de país durante un año en el marco de la transición.
Se incorpora a Acromove como CEO, y se convierte en miembro fundador de Theti Club, el club heleno de inversores en tecnología.
Empieza a asesorar a Coinbux, la start-up griega del sector "fintech".
Se incorpora al consejo consultivo de la start-up estadounidense/israelí de robótica Xpand.